jueves, 29 de marzo de 2007

Ocaso


Ocaso

Julio 13, 2006 on 12:43 pm | In General | No Comments

Domingo, Mayo 07, 2006

Al ocaso, los dos Dioses de la imaginación se encontraron, como cada día durante los miles de eones hasta el final de los tiempos, y hoy era un día más. La lucha ancestral entre Ábiad, el Dios de la luz, y Aswad, el Dios de la oscuridad. Ábiad levantó la mirada y empuñó su larga espada de luz. Sonrió como cada día durante los miles de eones que llevaban batiéndose en duelo. Pero, de pronto, se sintió confuso. Hoy pasaba algo, sentía que había cambiado algo. Aswad sonreía.

El mismísimo Dios de la oscuridad sonreía. Es algo que no había ocurrido nunca, era inconcebible. Bajó la espada. Él no tenía espada. Hoy había cambiado todo, lo que había estado inalterablemente por el principio del fin. Hoy cambió. Vestía una falda ritual y su larga melena ondeaba negra como la noche, robándole la luz al cielo. Sus manos desnudas estaban relajadas y su rostro inalterable sonreía. Sus músculos relajados, y sus ojos estaban por una vez en… calma. Se arrodilló ante el Dios de la Luz.

De pronto, el cielo se hizo de noche, el ocaso de los dioses estaba tocando a su fin. Ábiad gritó: “¿Qué has hecho?, es imposible que hayas cambiado el curso de la historia. Algo que fue predestinado a ser así es imposible cambiarlo. La oscuridad jamás puede reinar. Somos el equilibrio del cielo”.

Aswad simplemente sonrió, y con un susurro dijo: “He conseguido lo que llevo tanto tiempo ansiando. Te he ganado, no de la forma que supones. No quiero dominar a la luz, es imposible. Sin luz la oscuridad se volvería tan caótica que moriría. Por eso, hoy toca a su fin este mundo. El ocaso de los Dioses”.

De pronto, el cielo dejó de ser cielo, la tierra dejó de ser tierra. El mundo completo se vino abajo. El equilibrio había muerto. Todo por conseguir un sueño absurdo… ser superior a tu equilibrio.

El equilibrio está en ser alguien superior a ti mismo. Solo tú puedes tener tu equilibrio y si te dejas alterar por algo, el equilibrio se vendrá abajo. Por eso, a partir de que lo decidí, yo busco el equilibrio, la calma y, por encima de todo… la tranquilidad.

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