viernes, 9 de septiembre de 2011

6 - No

Me alegra verte de nuevo.

Gracias, igualmente.

Y ... no te pierdas.


Padre a mi esta mañana en el aeropuerto.

jueves, 1 de septiembre de 2011

5 - Tabaco y palabras

Apagando una colilla en el cenicero ya lleno de otras penas olvidadas. Estaba alli, en esa atmósfera turbia y cenagosa. El humo se le pegaba a la gabardina. Las palabras no le salían de su boca cuarteada.

Estaba borracho, eso era obvio. Sus ojos reflejaban el metal, y la pasión. También una inconsciencia.

Las palabras se le pegaban a la lengua, impidiendo vocalizarlas. Encendió otro cigarro. El humo lo relajaba, hacia que esos ojos de acero batido no le dolieran tanto cuando lo miraban.

Estaba dolorido, le dolia la cuarta costilla. Siempre era la cuarta, siempre era el cuarto. El cuarto en la vida, por decirlo de alguna manera. La barba de tres días, aceitosa del sudor y sangre, que resbalaba por la mejilla. EL pelo grasiento y lacio le caía por un lado de la cara, y solo pensaba.

Pensaba, sal de aquí, sal de aquí, sal de aquí. Mientras el humo se apagaba, sus ojos también se cerraban, que pasa, por que, sal de aquí, sal de aquí.

Eso decía su corazón, sal de aquí. Su mente estaba sentada en la mesa, donde miraba el acero que tenia entre las manos. Temblaba, pero no por falta de ganas. Ya se estaba convirtiendo en una costumbre, y no podía salir bien.

Las palabras lo envolvían como si fuera una amante frágil y cruel que lo embaucaba a seguir adelante. El tabaco lo hacia sentirse relajado, con los nervios a flor de piel.

Lo haré.

Apretó el gatillo.

No sucedió nada.

Se levanto corriendo y se fue.

EL hombre que estaba sentado al otro lado cogio la pistola, y abrió el cargador, a una bala.

No siempre tendrá tanta suerte. Sonriendo, guardo la pistola en el cinturón. La semana que viene, no tendría tanta suerte. Tarde o temprano, nadie tiene tanta suerte.