Laberinto. Miedo secundario: Eco

Laberinto. Miedo secundario: Eco

Noviembre 19, 2006 on 2:23 am | In General, Laberinto | No Comments

Miedo secundario: Eco

Las luces nunca se apagaban, los pasillos interminables discurrían sin cesar, daba vueltas y vueltas como loco encontrando una salida, y solo encontraba nuevos entresijos del laberinto gris plomo que se me metía por los ojos. Todo era igual para él, mirara donde mirada solo había pasillos y más pasillos.

Por la barba parecía que hubiera estado sin dormir, solo vagando por los pasillos, durante días. Incluso semanas, se dio cuenta poco a poco. De que era demasiado para ser real, era un sueño macabro de una mente enfermiza.

Dando cada paso vacilante, su mente ya no resistía tanta monotonía. De pronto se paro contra una esquina, la golpeo con el puño cerrado queriendo romper el sonido de sus pasos, el eco de sus pisadas, el tronar de su respiración por los pasillos.

Se golpeo tan fuerte que sangrando mancho la pared. Y siguió andando mas y más y, intento volver a encontrar la sangre, pero no pudo. Los pasillos por donde discurría su agonía, o su lamento eran interminables, cuando se dio cuenta su mano hacia tiempo que había cicatrizado.
Estaba andando por no hacer otra cosa. Y de pronto levanto la vista para mira el camino, y encontró a una preciosa niña.

Su largo pelo le caía hasta los pies, su osito de peluche con su mano delicada, pequeña sujetando su manita de algodón era como si la mano del cielo sujetara aquel osito. Su cara blanca, sus ojos color de oliva. Su vestido rojo. Todo en ella era perfecto.
Y el se quedo mudo de asombro, había alguien en este infierno.

Se acerco arrastrándose sin fuerzas a ella. La miraba con ojos de desesperado, y de pronto levanto su manita, y señalo detrás de él.
Se dio la vuelta con un mudo temblor de su cabeza dolorida, y vio el mismísimo miedo personificado. Y lo único que hizo fue correr…