La leyenda de los 5 anillos: Genesis

La leyenda de los 5 anillos: Genesis

Julio 13, 2006 on 12:47 pm | In General | No Comments

Miércoles, Mayo 31, 2006

Una mente sobrenatural despertó de un letargo que jamás había sido vista antes. Abrió los ojos y su mente aún sin desarrollar, pensó… existo. De pronto se definió, abrió los ojos, cubiertos por el tremendo peso de la nada. Su mente se expandió, su mente era un todo. De pronto se dio cuenta de su tremendo poder. Lo desbordaba, no podía, su mente empezó a expulsar millones de ideas, todos los eones de sabiduría inacabada que jamás habían existido se impusieron. Su mente no podía contener tantísimo poder. La misma supremacía suya lo destruiría. La mente se aisló, y creó mundos, sin el poder hacer nada. De pronto se definió, de la nada salieron unos poderosos brazos, su cuerpo se volvió real. Encerró su poder, intento destruir los mundos que había creado. Pero no podía. De pronto se dio cuenta que había creado a dos iluminados, estaban pausados en la nada, flotando en burbujas de poder cósmico. Sus dos iluminados, frutos del poder de su mente. Así que pensó en darles poder, en darles algo que él no podía controlar. Les daría energía. Creó para ellos un sitio donde el calor te abrasaría la piel con solo pensarlo. Un mundo donde el suelo estaba en continuo cambio, donde tu mente gritaría de dolor por los eones de la historia. Allí envió a su vástago, lo llamó Pototo el todopoderoso señor del fuego.
Luego creó un mundo donde pudieran vivir en paz, creó el cielo, la luz. Un lugar donde poder respirar en paz. Pero algo falló, dándole poder suficiente para gobernar el cielo, creó a Anthen el iluminado. De pronto vio que sus vástagos se enfrentaban, lloró por ellos. Sus vástagos estarían eternamente enfrentados porque su padre los separó. Su mente estaba saturada de poder. Así que miro los 5 mundos, que su mente había creado. Agua, fuego, tierra, viento… y un mundo que sus ojos no pudieron contemplar… vacío. No quería que fuera a pasar lo que pasó con sus vástagos, así que dividió su poder en 5 anillos, los anillos que algún día salvarían a las personas del sufrimiento, y que podrían hacer que sus vástagos fueran otra vez felices, ya que él no podía hacerlo. Creó en el fuego, un anillo rojo como la sangre de mil dragones, lo puso en un templo de tales, en la ciudad del fuego. Creó en del agua, y lo enterró en las profundidades del océano, donde creó una raza de tritones, la raza del mar, que lo guardarían. Creó en anillo de la tierra, donde las raíces lo protegerían de la codicia humana. Creó el anillo del viento, el cual vagaría libre por las eternidades del cielo hasta que fuera requerido. Pero no supo qué hacer con la cosa mas monstruosa que había creado, en anillo del vacío. La condenación eterna. Un anillo negro como el pozo de las almas que contenía. Qué hacer con algo tan monstruoso, lo sepultó en el mundo más horrible que su mente perversa había creado para aliviarlo del poder que contenía. Lo sepulto en un cofre, donde jamás podría encontrarse.

Su mente creó a la humanidad, la distribuyó entre los distintos mundos. Creó razas, monstruos, titanes, hizo los mundos completos. Pero aun sabiendo lo que repercutiría, creó una raza de supremos guerreros, que custodiarían por los eones de su existencia el cofre de vacío. Les dio poderes, y los convirtió en seres que alcanzaban a los supremos dioses de la luz y de la oscuridad.
Llorando para expiar su culpa, se convirtió en humano, para proteger el bienestar del mundo conocido. convertido en humano, para expiar su pena, protegería a los humanos de su propio poder. Tapándose con un hábito, desapareció en la noche … desde ahora se haría llamar Koro … y expiaría su culpa.