Cárcel de Hielo
Julio 13, 2006 on 12:32 pm | In General | No Comments
Lunes, Mayo 01, 2006
Empuja fuerte empuja fuerte… es algo que resonaba en mi cabeza, pero sólo estaba todo negro. Miré mis manitas, abrí mis ojos todavía formándose, mis manitas, pequeñas aún sin consistencia. De pronto sentí que no me llegaba oxígeno, era como una especie de cárcel horrible, y noté como se cerraban las paredes. Por mi cuerpo cruzó un escalofrío horrible, sentí gritar a una mujer, y esa voz martilleante, una y otra vez, ese “empuja fuerte”. De pronto noté como si me desplazara, y se cerraban las paredes… Dios no, no, había empezado a nacer, ¿por qué? De pronto, simplemente, se vaciaba la cárcel, lo que me mantenía templado, vivo. Se iba y sólo había una opción, seguir el líquido hasta que se acabara. Pero no podía pasar. Oía unos gritos histéricos, dolía, me estaba asfixiando. Me helaba en una cárcel oscura. No había empezado a vivir y ya moriría. De pronto vi una fisura en la cárcel de hielo que se había convertido. Vi unas manos blancas, mejor eso que nada. Agarré la mano misteriosa que me tendía una única salvación. Antes de morir suspiré. Y cerré los ojos.
Un grito bestial y un sollozo rompieron el silencio de maternidad. Una voz grave dijo, con una sonrisa en los labios: “es un niño…”.
Para todos los que soñamos alguna vez con ser distintos. Si pudieras ver lo que hay al otro lado, no conservarías la cordura, así que intenta mejorar en lo que puedas. Y nunca mires atrás, porque si no, sólo verás una cárcel de hielo.
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