sábado, 21 de abril de 2007

Contemplar

Subsistís engendros a base de la energía de otros, que por alegoría decís ser humanos de carne y hueso. Mas no creo que por tener un cuerpo inconcluso de arcilla y barro formado por manos divinas lleguéis a tener más de una vida de insufrible terror ante el miedo que causa en vuestra atrofiada mente cargada de perjurios y prejuicios ante el que intenta ser algo que vosotros jamás conseguís llegar ni a rozar con las yemas de los dedos, que poco a poco se va alejando y mientras vuestro lacerante cuerpo cortado por la cuchilla del odio y del fracaso se va corrompiendo en un sin vivir de puro odio manifiesto en los espejos del alma que miran a la gente como solo un ser inferior ante ellos, la gran raza. Pero, sin embargo solo conseguís hundiros mas en el pozo de desesperación que causa ese estado de sin razón que organiza vuestra mente en un baile de caótica desdicha y puro descontrol. Pensad por un momento lo que es ver los ojos del corazón ante los vuestros, el dolor que causa ese caleidoscopio de emociones que pasa como una película velada por el terror de no ver lo que los demás podrían contemplar ante la desnudez de vuestra alma, el único punto visible de esa ennegrecida subsistencia de desdicha y sufrimiento. Solo abre los ojos y mira. Contempla, pero no quieres salir del miedo irracional que causa eso en tu cabeza aprisionada por los ruegos y preguntas que podrían estar ahí fuera, donde el amo es otro. No hay reglas que puedas controlar, así que te adentras en la oscuridad, solo. Donde tienes el recuerdo de conocer, de controlar lo único que puedes tener en tu vida, el fin. La desilusión se ceba a través de esas puertas, tu acorralado en tu habitación miras la puerta con luz que traspasa los entresijos de la madera y alcanza tus ojos, contemplas, escrutas...

Solo blanco, vació. Sin oscuridad, sin temor. Solo... aquí.

No hay comentarios: