lunes, 23 de abril de 2007

En tu habitación

Las paredes lloran sangre, bañadas por el sudor de tu piel que cae lentamente por tu piel temblorosa de miedo.

Tus ojos miran al infinito, dilatados ante tamaño infinito que es el horizonte.

Lagrimas caen de tus ojos azules, pozos del olvido que se desbordan por el peso del destino.

Tiemblas de frio, pero no puedes alargar la mano a cojer una manta.

Mueres de inanición pero nisiquiera te atreves a dislumbrar la posibilidad de comer.

Solo en tu habitación, las pesadillas te atacan, días y días sin dormir, esos surcos que se forman con el tiempo en tus ojos, esas manos encayecidas de tanto frotarte el cuerpo entumecido.

Pero no puedes dormir, te asaltan por las noches las dudas, los temores. Ella.

Prefieres estar ahi, sentado mirando al infinito con esos pozos azules de tristeza que simulan el horizonte.

La luna esta vetada por su melena.

Volar, pero te despiertas como te acostastes.

Sueños, terrores, no te atreves.

Así que recostate en mi hombro, duerme conmigo.

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