sábado, 30 de junio de 2007

Dos copas de mas

Dos copas, las pide, medias de whisky con hielo. El posavasos roido deja mucho que desear, pero el no pide mucho. Solo sentarse a beber mirando el infinito. Suele pedir dos vasos, costumbre o vicio, nunca lo supe.

Sentado en una mesa del fondo leyendo el periodico mugriento de hace varios días mientras veía su vida consumirse sin ni siquiera saber que rondaba por esa cabeza que gastaba su vida en aquella tarberna con musica blues.

Parecía expulsado de algo mas haya del conocimiento de la conciencia humana, su ritmo, su pulso se mecía con el reloj de cuco del mostrador. El balancear de su mano colgando del precipicio de la barra hacía hipnótico su movimiento a ojos ociosos.

El vaso donde el hielo se resquebrajaba mientras miraba el asiento vacio a su lado, que esperaba la compañía de alguien que con dos copas de más se fue. Las copas saben a veneno, o eso es lo que corre por sus venas agrietadas por el alcohol y la vejez.

No espera nada, no vive, solo quiere que le mientan, que le digan que mañana será mejor. Ya no espera, no sueña, ni siquiera respira.

Ya esta muerto, solo que todavia no se ha dado cuenta de que no esta en el bar, si no tirado en una carrereta mientras su vida se desliza como un rio por la carretera.

Es como si estubiera muerto. O eso dicen.

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